lunes, 27 de septiembre de 2010

1968-2010

Mucho se ha hablado ya por variadas publicaciones, documentales, películas, programas especiales, etc., de lo acontecido aquel 2 de octubre de 1968 en la plaza de las 3 culturas en Tlatelolco. Ha quedado ya en la memoria de varias generaciones nacionales e internacionales de jóvenes, pues en ese mismo año en varias partes del mundo, las manifestaciones juveniles se hacían notar por su gran contingente, pero sobre todo por lo conciente de sus demandas.
La euforia de los 60, la fraternidad, las tardes y noches de asambleas, los actos culturales y artísticos, acompañaban a los jóvenes rebeldes en su vida diaria. Eran días de discusiones políticas en las preparatirias y universidades.
El contexto en el que se desarrollo la lucha universitaria, en discurso ofícial, era democrático, de modernidad y de progreso, queriendo dar una fachada de paz al resto del mundo, pues en ese año se llevaban a cabo los juegos olímpicos. Presisamente era eso, fachada, y por cierto, mal elaborada. Detrás de ese aspecto externo, se reprimía, se manipilaban elecciones, se controlaban a los sindicatos, a los campesinos y a los medios de comunicación.

Tras una serie de represiones -desapariciones, torturas, persecuciones, secuestros, etc.- que desde el mes de Julio sufrían, los estudiantes se empezaron a organizar inmediatamente, dejando a un lado a la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FENET), pues ésta no representaba los intereses estudiantiles, crearon como una opción democrática e independiante de las autoridades, el Consejo Nacional de Huelga (CNH), formado por estudiantes de la UNAM, IPN, las escuelas normales, El Colegio de México, Chapingo, la universidad Iberoamericana, y algunas universidades estatales.
Elaboraron un pliego petitorio donde las demandas principales eran: libertad a presos políticos, indemnización a las familias de los estudianes heridos o muertos en los actos represivos previos al 2 de octubre, derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal. (Instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes), desaparición del cuerpo represivo de granaderos, deslinde de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos y destitución de los jefes policiacos.

Hoy, a 42 años, haciendo un análisis retrospectivo de las condiciones de ese entonces y comparándolas con las de ahora, nos damos cuenta que la situación no es menos critica, con esto nos referimos a la situación política, económica y social. Las condiciones objetivas para un cambio social sobrepasan por mucho a las pasadas. Pero las condiciones subjetivas se degradaron bastante.
Vemos que los logros revolucionarios, se reflejaban en el sector público de la salud y la educación, pero aun siendo estos "abundantes", no cumplían las exigencias de la población. El descontento que orillo a los jovenes a las manifestaciones masivas, en México, era sobre todo la antidemocracia, la precaria libertad de expresión, de organización, la concentración de ingresos en pocas manos, en fin, eran descontentos politicos y economicos.
¿Acaso esas cuestiones estan superadas en el presente?
¡¡De ninguna manera!! Vivimos exactamente esas contradicciones junto con otras caracterÍsticas del pasado pero que en la actualidad han cobrado mayor peso como el desempleo, la inseguridad, mala educación, malos servivios de salud, mas pobreza, el narcotráfico, la represión, las crisis, la impunidad, el control de los medios de comunicación, etc.
Aquellos días de discuciones, debates y opiniones políticas por parte de las generaciones jóvenes, se ven muy lejanas. No negamos que aun existan, pero son muy escasas en el sentido numérico.
42 años pasaron, y se consolido aun más el capitalismo. Los jóvenes se preocupan mas por cosas superfluas, los medios de comunicación buergueses como arma ideológica del Estado, han cumplido su tarea designada hablando no mas que de moda, dinero, fíestas, de la vida estúpida de las estrellas televisivas, etc. La falta de oportunidades en el sector educativo y laboral ha dado el nacimiento de una generación de jóvenes llamada "ninis" (ni estudian ni trabajan), en todo el país suman mas de 7 millones de vidas que no están incorporadas en el sector productivo y estudiantil. En los últimos 4 años han muerto cerca de 30 mil personas en el país, como un efecto colateral y "necesario" para acabar con la mafia del narco, cuando más de la mitad de esas personas muertas no eran mas que niños, mujeres, estudiantes, luchadores sociales, en fin eran personas alejadas completamente del narcotráfico.

¿Y que hace la juventud ante esto? Indiferencia total. El mundo de ignorancia es placentero, les permite no analizar de manera crítica su entorno social.
-Para qué molestarse en pensar-dicen-, de que sirven las manifestaciones, nada va a cambiar. La política -dicen otros- no sirve, mejor vivamos tranquilos, para evitarnos problemas.
La única salida -opinan los mas optimistas- es acercarse a dios, él tiene nuestra salvación, si nos acercamos a él, nuestro mundo cambiara.

¡¡¡Despertar!!! Quedaran sentados en total indiferencia o se levantaran frotando sus ojos, pues en ellos hay toneladas de telaraña enajenadora. Utilicemos las armas emancipadoras mas fuertes: la hoz para desenterrar de nuestras cabezas la semilla alucinógena y el martillo para con fuerza derribar las bases anajenadoras.
La tarea histórica exige de nosotros todo nuestro esfuerzo. Llevemos hasta el final lo que empezaron aquellos jóvenes en 1968. Pero tengamos en cuenta que aislados de los obreros, campesinos y de los sectores oprimidos, nuestras luchas no serán mas que un intento patético y utópico de manifestación.

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